Tengo una amiga que es un tesoro. Es fiel compañera, leal, cariñosa, divertida, expresiva, noble, vital, juguetona... a la que quiero dar las gracias por todo lo que me ha aportado en el tiempo que llevamos juntas.
Gracias por hacerme sonreír, por hacerme reír a carcajadas, por no separarte de mí, por sentarte a mi lado callada cuando me has visto llorando, por enseñarme lo que es la buena amistad, la lealtad, el amor sin condiciones, por estar siempre de buen humor, por soportar mis malos ratos (aunque estando contigo estos son cada vez menos), por tus movimientos de cola que se traducen en sonrisas, por tus lametazos que se traducen en besos, por tu mirada tan limpia, por tu paciencia, por quererme tanto y demostrármelo constantemente, por considerarme tu compañera del alma, por protegerme cuando crees que estoy en peligro, por la ternura que me inspiras cuando estás asustada y te refugias en mis piernas, por ayudarme a conocer a tanta gente, por tu carácter.
Eres tan especial, que no imagino que pasará el día que no estés conmigo. Algo dentro de mí desaparecerá contigo. El vacío será enorme y siempre, siempre te llevaré en mi corazón. Me gustaría que envejeciéramos al mismo ritmo, que ninguna de las dos tuviera que padecer la ausencia de la otra... quedarnos dormidas y juntas cruzar al otro lado... al mismo tiempo y así no separarnos.
Quien te conoce y me conoce dice que somos iguales. Sí, creo que nos parecemos, aunque tú estás muy por encima de mí, cada día me enseñas algo nuevo y sobre todo a ser mejor persona. Siempre estás siguiéndome, siempre tienes tu mirada fija en mí, te duermes mirándome ¿Qué piensas cuando me miras? Me tranquiliza verte tranquila.
"Hasta que la muerte nos separe" es una promesa que he hecho una única vez en mi vida, a tí, cuando te vi por primera vez y supe que ibas a ser mi compañera. Y aquí estamos, ya 9 años juntas. Cuantas aventuras jajajajajjajaa, cuántas veces he discutido con alguien porque no te toleraba... Cuantas veces te he tenido que separar porque la que se estaba peleando eras tú, y quién sabe si porque tal vez el otro/a perrito/a no me toleraba a mí. Las dos somos guerrilleras.
Te pido perdón por no saber estar a tu altura en muchísimas ocasiones, por no poder evitar que pases tanto miedo cuando oyes cohetes o petardos, esa mirada que me lanzas pidiendo ayuda para que paren... No puedo hacer nada, sólo servirte de refugio, bostezar y hacer como que no pasa nada para que creas que esas vibraciones son lo más normal del mundo, sé que no consigo normalizar la situación y sientes terror. Yo he leído libros sobre tu comportamiento y he conseguido entenderte, pero tú no puedes leer libros por lo que hay cosas de los humanos que nunca entenderás. Te pido perdón, si en algún momento no te he protegido a tiempo o te has puesto malita por mi ignorancia. Aunque no eres de una raza definida, rezumas pedigrí por los cuatro costados, eres preciosa por dentro y por fuera. Me haces feliz y te quiero con toda mi alma pequeñaja. Sugar Free❤
"Los ángeles también pueden tener cuatro patas"
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