viernes, 3 de mayo de 2013

No recibió rosas

Llevaba separado un tiempo cuando le conoció. En su mirada había cierta nota de tristeza, tal vez de derrota y eso le atrajo más aún. Tenía una sonrisa preciosa y unos ojazos marrones que la derretían. Salieron varias veces a comer, a cenar, al cine... en una ocasión, al terminar la peli, la cogió de la mano y salieron  así, cogidos. Sus pies ni rozaban el suelo, tampoco sabía muy bien dónde mirar (qué poca naturalidad, por favor). Ese día fue especial, muy especial y sin quererlo o queriendo se enamoró, alimentó sus expectativas ¿Por qué no?. 

Después de varios encuentros, un día (¡¡maldito día!!), él soltó aquello de:
-  Me gustas mucho, pero...  no puedo darte lo que buscas
(Una pesa de cien kilos cayendo en su estómago) ¿Lo que buscaba?. Ni siquiera ella sabía lo que buscaba. No dijo  nada, sólo le miró y asintió. Lo comprendía y aunque le doliera tenía que respetarlo. Cuando se marchó, estaba tan noqueada que ni siquiera pudo soltar una lágrima. Unos días..., necesitaba unos días para asimilar que la persona de la que se había enamorado, no correspondía a sus sentimientos. Tampoco era la primera vez. Sobreviviría a aquello.

No hubo llamadas durante un tiempo, pero coincidieron por la calle... se pararon a saludarse (muy civilizados). - Llevo un tiempo pensando en llamarte para tomar un café. (dice él). Quedan para el día siguiente, en un  sitio que les  gustaba a los dos y solían frecuentar. Un sitio tranquilo donde poder hablar. La recibió con una sonrisa y un poco cortado (claro que ella lo estaba más). Él habla, ella calla. Después del café piden una copa (bien, la cita se alarga). Sólo cuando empezó la frase "quería hablar de lo nuestro", los cinco sentidos de ella se pusieron en máxima alerta. Le explicó que su divorcio fue largo, doloroso y traumático, le hicieron daño durante el proceso y por ello creía no encontrarse preparado para empezar una relación.... Mientras estaba allí, escuchando los argumentos, se dio cuenta de que él estaba construyendo un muro entre ellos, aislándola y haciéndola sentir sola. Tomó una decisión.  Se bebió casi de un trago la copa: - ¿Sabes? debes curar esa herida, cerrar esa historia, cuando lo hayas hecho, estarás preparado para encontrar a la persona adecuada y no sentirás miedo de arriesgar. Por mi parte, puedes estar tranquilo, no te molestaré.

Era una noche de despedida, con sus amigos. En un momento dado siente que alguien la mira y cuando gira la cabeza, le vé, se saludan de lejos, con la mano y cada uno sigue con su grupo. De vez en cuando se cruzan miradas... nada más.

Al día siguiente una llamada...
- Hola
- Hola (¿...?)
- Necesitaba hablar contigo, necesito volver a verte, necesito retomar lo que empezamos. Creo que ya estoy preparado.
- ¡¡...!! Tengo que colgar, estoy liada con los de la mudanza...
- ¿Mudanza? ¿Te cambias de piso?
- ... he cambiado de piso y de... ciudad. Yo también necesitaba curar una herida y cerrar una historia...


(Sugar Free❤)


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